Soy dietista-nutricionista desde hace más de 20 años. Y lo que me llevó a esta profesión, probablemente, ha sido mi propia historia personal. Recuerdo que con 16 años yo me veía “gorda”. Claro, si hoy echo la vista atrás, tengo muy claro que lo que necesitaba en aquel momento no era adelgazar, sino una asesora de imagen.
Ya, pero con 16 años yo me veía “muy grande” respecto a mis amigas y otras chicas de mi edad. Y ahí es donde empieza mi periplo por las dietas, para conseguir adelgazar, conseguir ese cuerpo “delgado”.
He pasado por infinidad de dietas o métodos para adelgazar, incluso muchos de ellos “poco saludables”, teniendo en cuenta a lo que me dedico. Y sí, es verdad, que con ellas he conseguido perder peso, pero luego lo recuperaba, añadiendo unos cuantos kilos más.
Es probable que esta historia o similar os resuene a muchas de vosotras. Os puedo asegurar que muchas de las mujeres a las que he acompañado lo han vivido como yo. Con esa sensación de que éramos nosotras las que fallábamos, las que teníamos el problema.